¿Qué es?
Las enfermedades cerebrovasculares o ictus están causados por un trastorno circulatorio cerebral que produce una alteración transitoria o definitiva del funcionamiento de una o varias partes del encéfalo. El suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes.
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Si bien, la mayoría de los accidentes cerebrovasculares son isquémicos (generalmente debido a la obstrucción de una arteria), también hay algunos hemorrágicos (debido a la ruptura de la misma). Así, según la naturaleza de la lesión, encontramos la isquemia y la hemorragia cerebrales.
Los accidentes isquémicos transitorios (AIT) se asemejan a los accidentes cerebrovasculares isquémicos, excepto en que no existe daño cerebral permanente y los síntomas suelen desaparecer en una hora como máximo. Son frecuentemente una señal de alarma precoz de un accidente cerebrovascular isquémico inminente. Se produce una breve interrupción de la irrigación de una parte del cerebro. Al restablecerse de forma rápida, el tejido cerebral no muere, como sí ocurre en un accidente cerebrovascular, lo que hace que la función cerebral se recupere con rapidez.