Causas psicosomáticas
Un factor emocional es el desencadenante del dolor. Entre los más frecuentes destacamos la ansiedad y el estrés con una sensación de dolor punzante u opresión en el pecho que puede producir otros síntomas como hiperventilación, mareo, …
Causas cardíacas
Entre las más frecuentes encontramos: el infarto agudo de miocardio, angina de pecho, pericarditis, hipertensión, …
Causas pulmonares y pleurales
Entre las más importantes tenemos: neumonías, pleuritis, neumotórax.
Otras causas viscerales
Dolor torácico digestivo o esofágico, por problemas como hernia de hiato o problemas digestivos.
Otros dolores referidos de origen visceral.
¿Cómo puede ayudar la fisioterapia en el dolor torácico?
En función del origen de la lesión, tanto el tratamiento como los objetivos de la fisioterapia serán distintos; debiendo derivar al paciente al especialista correspondiente en aquellos episodios agudos de dolor que nos hagan sospechar de dolor de origen cardíaco, pulmonar, visceral, … para realizar un diagnóstico diferencial.
La fisioterapia ayudará a disminuir el dolor, la contractura muscular, síndrome de dolor miofascial, mejorar la movilidad, flexibilidad, reeducar la postura, … en definitiva, mejorará tanto la causa como la sintomatología que produce.
¿Con qué herramientas o técnicas cuenta la fisioterapia para tratar el dolor torácico?
Entre las numerosas técnicas con las que cuenta la fisioterapia, encontramos: la fisioterapia manual osteopática, punción seca, técnicas de inducción miofascial, masoterapia, electroterapia, termoterapia, estiramientos, fisioterapia respiratoria, técnicas de reeducación postural (RPG, Mézières,…), ejercicio terapéutico (pilates, yoga,…),…