Los esguinces de ligamentos se suelen clasificar según su gravedad en:

• Grado I: Distensión ligamentosa con ausencia de inestabilidad de rodilla.
• Grado II: Rotura parcial que produce moderada inestabilidad de la articulación.
• Grado III: Rotura completa que produce gran inestabilidad articular.

¿Qué causan las lesiones de ligamentos de rodilla?

Las lesiones ligamentosas periféricas (LLI y LLE) suelen producirse al forzar el varo (LLE) y el valgo (LLI) de rodilla. En el caso de los ligamentos cruzados son lesiones secundarias a distintos mecanismos lesionales (valgo y rotación externa, varo y rotación interna, hiperextensión y desplazamiento anterior o posterior de la tibia).

¿Cómo puedo saber si tengo una lesión de ligamentos de rodilla?

Los signos y síntomas más habituales son: dolor e inflamación de rodilla (puede aparecer hematoma), limitación de los movimientos y dificultad de realizar marcha (dolor al cargar la articulación).

En el caso de sospechar una lesión de ligamentos de rodilla, se realizan pruebas exploratorias para valorar la estabilidad de la articulación: pruebas de valgo/varo forzado de rodilla y desplazamiento anterior y post de la tibia.

¿Cómo puede ayudar la fisioterapia en las lesiones de ligamentos de la rodilla?

El tratamiento inicial dependerá del grado de lesión (parcial o completa), grado de inestabilidad y presencia de lesiones asociadas, edad y peso de la persona, y actividades laborales y deportivas que realiza.

En el caso de distensiones leves o parciales el tratamiento inicial es habitualmente ortopédico. En lesiones completas aisladas a veces se manejan inicialmente de manera conservadora, pero en la mayor parte de los casos se suelen asociar a otras lesiones (ej. lesión meniscal) y el tratamiento inicial indicado suele ser el quirúrgico mediante una ligamentoplastia.

El tratamiento de fisioterapia varía dependiendo de la etapa en la que se encuentra (postquirúrgica, inmovilización con ortesis, tras retirada de ortesis, etc.), pero en general la fisioterapia puede ayudar a:

• Controlar el dolor e inflamación de la rodilla: electroterapia analgésica y antinflamatoria, presoterapia en presencial de edema, crioterapia…
• Mejorar la movilidad de la articulación: técnicas manuales e instrumentales (masoterapia, técnicas manuales articulares, …) cinesiterapia, etc.
• Mejorar la fuerza muscular y funcionalidad de la rodilla: programa de ejercicios de fuerza y resistencia, y estiramientos analíticos y globales para recuperar o mantener la elasticidad de los tejidos de la rodilla.
• Reeducación de la marcha y recuperación de las capacidades funcionales para realizar actividades de la vida diaria, laboral y deportiva. Para ello, se utilizan programa de ejercicios funcionales y propioceptivos que pueden ser prescritos por el fisioterapeuta como programa de ejercicio terapéutico para domicilio, centros deportivos, etc.