Tu cuerpo: cadera

Dolor inguinal

¿Qué es?

Son muchos los términos para definir el dolor inguinal: dolor inguinal crónico, pubalgia, tendinitis de aductores, síndrome de la sínfisis del pubis, osteopatía dinámica de pubis, etc.

La tendinitis de aductores es una inflamación crónica de la inserción muscular en la zona de las ramas púbicas (unión músculo-tendinosa del adductor medio). Por lo general, suele relacionarse con actividades laborales que impliquen sobrecarga de dicha zona inguinal, y aquellos deportes de mayor riesgo de lesión como: fútbol, baloncesto, atletismo, hockey y rugby.

Más sobre el dolor inguinal:

Este proceso patológico puede asociarse a alteraciones musculoesqueléticas adyacentes a la sínfisis del pubis, algunos ejemplos son:

  • Fuera del pubis: tendinitis del psoas-iliaco y/o recto anterior femoral.
  • En el pubis: tendinopatía de aductores, osteítis púbica, hernia inguinal, tendinopatía del recto anterior del abdomen, atrapamiento del nervio ilio-inguinal.

Por tanto, es muy importante hacer un buen diagnóstico diferencial para poder proporcional un tratamiento adecuado.

¿Qué causa el dolor inguinal?

Los factores que pueden desencadenar el dolor inguinal podemos dividirlos en:

  • Intrínsecos o constitucionales: desequilibrios musculares (debilidad de la musculatura aductora y/o abdominal), dismetría en miembros inferiores, hiperlordosis lumbar y/o displasia de cadera.
  • Extrínsecos o deportivos: sobreuso muscular, movimientos forzados no controlados, inadecuado acondicionamiento físico y/o calidad del terreno.

¿Cómo puedo saber si tengo una tendinitis de aductores?

El diagnóstico clínico se basa en los siguientes síntomas:

  • Dolor en la región inguinal que se irradia por la cara interna del muslo, la región inferior del abdomen y el arco crural.
  • Dolor que aumenta con el estiramiento y con los ejercicios resistidos de aducción de cadera.
  • La sintomatología disminuye con el reposo.

¿Cómo puede ayudar la fisioterapia en la tendinitis de aductores?

En una primera fase, el tratamiento habitual iría encaminado a:

  1. Prevención, evitando los factores de riesgo.
  2. Tratamiento médico mediante reposo funcional, crioterapia (frío local) y medicación antiinflamatoria.

Respecto al tratamiento específico de fisioterapia, la clave será reforzar la musculatura de la cadera y estabilizar la pelvis, y en general estará basado en:

  • Terapia analgésica y antiinflamatoria (ultrasonidos y/o electroanalgesia, etc.).
  • EPI (Electrolisis Percutánea Intratisular): buscando producir una regeneración de la zona tendinosa alterada (efecto analgésico y aumento de vascularización tisular).
  • Ondas de choque: disminuir inflamación crónica y acción sobre las posibles adherencias asociadas a esta lesión.
  • Laserterapia y diatermia para activar el metabolismo tisular de la zona.
  • Tratamiento específico de la musculatura aductora afectada (fascia y puntos gatillo) mediante diferentes técnicas: terapia manual, miofascial, masoterapia, tratamientos PGs (punción seca), , etc.…
  • Normalización del tono de la musculatura localizada en la zona inguinal (estiramientos de aductores, abdominales, isquiotibiales, etc.)
  • Potenciación de la musculatura aductora y abdominal (electroestimulación, ejercicios activos de cadera, isométricos de aductores, etc.)
  • Programa de ejercicios de fortalecimiento de la musculatura abductora y aductora.
  • Entrenamiento del equilibrio y coordinación de la pelvis (ejercicios propioceptivos).

En ausencia de respuesta a los tratamientos conservadores médicos (antinflamatorios e infiltraciones locales) y al tratamiento específico de fisioterapia, el tratamiento quirúrgico estaría indicado en ciertos pacientes.

 

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