Tu cuerpo: cadera

Síndrome de Pinzamiento Femoroacetabular

¿Qué es?

El síndrome de pinzamiento o choque femoroacetabular, es una patología de la cadera, caracterizada por una inadecuada relación en la articulación femoroacetabular, provocando un contacto anormal entre el fémur y el acetábulo. Este choque repetitivo en la articulación puede desencadenar un desgaste precoz de la cabeza del fémur, y, por consiguiente, también puede producir lesiones del cartílago acetabular y/o rodete del acetábulo (labrum).

Más sobre el PFA:

Esta alteración musculoesquelética se suele presentar en personas jóvenes de entre 20-50 años (ej. deportistas), y puede finalizar en un desarrollo precoz de artrosis (coxartrosis).

El diagnóstico precoz y tratamiento temprano es esencial para evitar una artrosis en el adulto joven, que puede desembocar en un implante de una prótesis de cadera prematura.

¿Qué causa el PFA?

Existe 3 tipos de mecanismos clínicos de atrapamiento femoroacetabular:

  1. PINCER (causa acetabular): se produce una cobertura excesiva de la cabeza femoral, es decir el borde anterolateral del acetábulo protruye en exceso y choca con el fémur.
  2. CAM (causa femoral): se produce debido a la existencia de una prominencia ósea en la transición cabeza-cuello femoral y genera un contacto anormal entre la cabeza del fémur y el reborde acetabular.
  3. Tipo mixto: Combinación de los dos tipos anteriores.

¿Cómo puedo saber si tengo un PFA?

El diagnóstico clínico se basa en los siguientes síntomas:

  • Dolor en la región inguinal, trocánter mayor y región glútea que en ocasiones se irradia hacia la rodilla.
  • Dolor que tiene un inicio lento y sin un antecedente traumático previo, que puede presentarse durante o después de la práctica deportiva.
  • Suele producir una progresiva pérdida de movilidad de la cadera, produciendo limitación en ciertos movimientos de la articulación (flexión-aducción-rotación interna).

¿Cómo puede ayudar la fisioterapia el PFA?

El tratamiento conservador en muchos casos no es efectivo, ya que no mejora el conflicto mecánico que se produce, siendo necesario el tratamiento quirúrgico.

El tratamiento de fisioterapia dependerá de cada paciente, pero básicamente tendrá como objetivos principales: disminuir el dolor, retrasar la posible progresión de la artrosis de cadera y mejorar las capacidades funcionales del paciente. En estos casos, se suelen utilizar técnicas de fisioterapia, como, por ejemplo:

  • Magnetoterapia para mejorar la clínica del dolor y trofismo tisular.
  • Laserterapia y diatermia para aumentar el metabolismo de los tejidos adyacentes a la cadera.
  • Técnicas de terapia manual y articular encaminadas a mejorar la funcionalidad de la cadera y reducir el estrés mecánico producido por la patología.
  • Programa de ejercicios funcionales para mejorar el control de los movimientos, y mejorar en la medida de lo posible la carga articular (reeducación de la marcha).
  • En aquellos casos que hayan sido operados, se lleva a cabo una rehabilitación específica tras la cirugía (artroscopia de cadera, prótesis, etc.)

 

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